Hoy hemos vuelto a madrugar, y a las 06h30 ya
nos estaban llamando a las habitaciones. El objetivo era salir del hotel a las 08h00, en dirección a Betania, y se
ha cumplido. Y como "de bien nacidos es ser agradecidos", hemos
comenzado la ruta agradeciendo a Nuestro Padre los días tan estupendos e
intensos que tenemos la fortuna de estar viviendo.
Llegamos a Betania, la ciudad de Marta, María y Lázaro, grandes amigos de
Jesús. En la visita que Jesús les hace por la muerte de Lázaro, las hermanas se
lamentan ante el Maestro porque éste no hubiera llegado unos días antes, para
ver a su hermano con vida, y es aquí donde Jesús proclama estas bellas
palabras: "Yo soy la Resurrección y la Vida; quien cree en mí aunque haya
muerto vivirá, y todo el que vive y cree en mí, no morirá para siempre"
(Jn 11, 25-26). Y ya sabéis cómo acaba la historia...
Hemos
empezado nuestra visita visitando la Tumba de Lázaro; la entrada es por la
calle lateral de la iglesia de San Lázaro, y es muy angosta. Se bajan dos
tramos de escaleras talladas en roca (la tumba está en una gruta) y
posteriormente hay que agacharse mucho porque la entrada al sepulcro mide menos
de un metro de altura. En el sepulcro no caben de pie más de 5 personas. Hoy no
teníamos a nadie delante de nosotros. Menos mal que vamos con antelación
suficiente a todos los sitios, y prácticamente no hemos hecho ninguna cola
durante toda la Peregrinación.
Una
vez vista la gruta, nos hemos dirigido a la Iglesia, custodiada por los PP.
Franciscanos, para celebrar la misa. Nos han asignado una capilla y, una vez
más, el P. Stevie ha demostrado un gran tino en la elección de las lecturas y
los cantos, con continuas referencias a la Muerte, y el gozo que nos debería
suponer, puesto que no es el final sino el principio. Y por cierto, en esta
ocasión ha celebrado la misa con una casulla muy bonita, referente al episodio
que hemos narrado antes.
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| A la salida nos hemos encontrado con este negocio de paseo de 1 minuto a lomos de dromedario |
Prosiguiendo nuestro camino, nos hemos ido encontrando carteles que nos indicaban nuestra altitud con referencia al nivel del mar.
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| A 1000 metros sobre el nivel del mar |
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| A 500 metros sobre el nivel del mar |
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| A 250 metros sobre el nivel del mar |
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| A la par que el nivel del mar |
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| A 150 metros bajo el nivel del mar |
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| A 300 metros bajo el nivel del mar |
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| Cartel indicador del desvío a Jordania (Puente Rey Hussein o de Allenby, según a quién preguntes...) |
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| Hemos pasado por Qumrán, donde se instalaron los esenios y donde se encontraron los Manuscritos del Mar Muerto |
De
camino a Masadá hemos hecho una parada para visitar un complejo donde hemos
visto un pequeño documental sobre las propiedades de las aguas del Mar Muerto y
la cantidad de productos beneficiosos para la piel que producen. Quien ha
querido ha tenido ocasión de adquirir todo tipo de cremas y cosmética.
En
Masadá lo que nos esperaba era impresionante: primero, una proyección donde nos
explicaron los orígenes, auge y caída de este gran enclave judío. Espectacular
la narración en la que sus habitantes eligen la muerte frente a la esclavitud;
cómo se hizo un sorteo para elegir qué diez guerreros acabarían con la vida de
toda la población, incluyendo ancianos, mujeres y niños, y cómo posteriormente
elegirían al encargado de matar a los otros nueve para posteriormente dejarse
caer sobre su propia espada. La película de Peter O'Toole narra estupendamente
este tremendo episodio histórico.
Marcelo nos ha contado que las Fuerzas Especiales del Ejército Israelí, en su juramento, dicen que "Masadá no volverá a caer dos veces". La
frase, repetida como un mantra, estimula a las milicias israelíes que, año tras
año, llegan al lugar tras una larga marcha para tomar el refrán como propio e
incorporarlo como una causa nacional de un país que ha incorporado a la guerra
como el estado natural de convivencia. De hecho, los hombres destinan 3 años de
su vida al servicio militar, y las mujeres dos. Y los hombres, además, se reincorporan 1 mes al año hasta cumplir los 40. Es un ejército reservista.
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| En la sala donde nos han proyectado el documental sobre Masadá |
La
visita comienza con una subida en teleférico, con cabinas con una capacidad de
entorno a las 60 personas; el viaje es rápido y al llegar arriba salimos y nos
dirigimos a un sombrado donde encontramos una relación de los puntos de interés
del enclave. La visita dura unos 45 minutos. También nos hemos hecho foto de
grupo, como viene siendo habitual, y hemos conocido a un escriba que desarrolla
su tarea en una pequeña habitación en el interior de las ruinas de una sinagoga.
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| "Cazas" del ejército israelí sobrevolando Masadá |
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| Fragmentos de pinturas originales. La línea negra indica qué parte es original y qué parte se ha reconstruido |
Al
acabar, hemos vuelto a coger ese teleférico para dirigirnos al restaurante a
comer y hacer las últimas compras del viaje, principalmente cosas relacionadas
con las sales de baño, jabones y cremas del Mar Muerto.
Y después de comer, cogemos el bus para realizar otro de los atractivos de
este viaje tan maravilloso: el baño en las aguas del Mar Muerto.
La sensación de bañarse en el Mar Muerto es muy curiosa, a la par que
difícil de explicar: debido a la gran concentración de sal en sus aguas, es
imposible que se desarrolle la vida en su interior. También hace imposible que
el cuerpo se sumerja, permaneciendo flotando todo el rato. Hay que tener
cuidado que no entre agua en los ojos o la boca, si no quieres pasar un mal
rato...
También es un sitio para tomar baños de barro. Las propiedades
minero-medicinales de su tierra combaten diferentes tipos de enfermedades,
relacionadas con la piel y las articulaciones.
Sobre las 16h30 hemos
emprendido regreso al hotel, para disfrutar de tiempo libre para actividades
particulares de visitas por diferentes puntos de la ciudad. Y hay quién ha
dedicado la tarde a descansar, porque tantos días de actividad pasan factura.
Mañana, Tel Aviv. Y también lo contaremos...
